Esta semana hablé con una profesora de la cátedra de Lenguaje Visual 3, de la Universidad Nacional de La Plata. Nos puso en una mesa y nos empezó a corregir los trabajos, alegando que no podía corregir algunos porque era la primera vez que los veía.
Irresponsabilidad del alumno, pensaría uno en primera instancia.
Antes que me corrija el mío, le aclare que no falte en las ultimas 5 clases, pero sin embargo tuve 5 correcciones diferentes, en las cuales en tres de ellas, no estubo presente, más especialmente en las ultimas dos semanas, previas a la corrección antes del vistazo anterior a la entrega final.
Aclaro: primera corrección con: profesora + ayudante, segunda: ayudante, tercera: profesora + ayudante (cambio de opinión), cuarta: profesor desconocido que apareció y corrigió aclarando que mucho no podría hacer, porque recién conocía mi proyecto, quinta: otra ayudante de la cátedra, misma situación. En sexta previa a la entrega FINAL le dije:
Alumno: "Quería aclararle que mi trabajo le parecerá nuevo porque hace como tres semanas que no ve mi proyecto, ni como se fue creando, a mi no me sirve."
Profesora: "Vos me querés decir que porque YO falte las ultimas clases, que la anterior me fui a un congreso que porque falte dos días (dos semanas) VOS no pudiste avanzar con tu trabajo porque te faltaba MI corrección, porque VOS venias con dudas sobre TU proyecto y en TU proyecto no tenias una idea bien cerrada la culpa es mía porque YO falte"
Alumno: "si".
La profesora no dijo nada, se levantó de la mesa y se fue.
Creo que fue la mejor manera de darme la razón. En una cátedra de taller debe generarse un ida y vuelta con el alumno. Si bien esta bueno tener opiniones diferentes, se debe crear un seguimiento de los trabajos de cada uno. Increíble que en el nivel más alto de Lenguaje Visual, previo a la entrega final, no se sepa. Y encima nos hechen la culpa al alumno de la falta de progreso ante las dudas.
Más bien! el profesor en su lugar y el alumno en el suyo. Yo voy a aprender, y eso quisiera, aprender. El profesor debe estar dispuesto a impartir su enseñanza.
Esta bien, la profesora tiene todo el derecho a faltar cuantas veces quiera. El alumno también, pero si en esas estamos, para qué va a ser profesor. Mejor faltar todos los días, no?
Me parece que más fuerte debiera ser el deseo de impartir conocimiento, tanto como es el deseo mío de aprender.
Si pudiera llevar mi proyecto sola no estaría cursando la materia, no estaría cursando mi carrera, trabajaría de eso directamente y no buscaría un título. Para eso voy, para aprender.
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